Gustavo Espinoza |
“El caso López Paredes” -un operador de la mafia de antigua filiación aprista infiltrado en altos servicios de información-, las denuncias en torno a documentos fraguados y partes policiales habilidosamente reconstruidos, la existencia de un grupo armado en las inmediaciones de la vivienda del Presidente Ollanta Humala, y las desesperadas declaraciones de Alan García y Keiko Fujimori respecto a la “ingobernabilidad del país” y al “tiempo que se pierde manteniendo a este gobierno”; son elementos más que transparentes y revelan las intenciones golpistas de la reacción en el Perú.
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